martes, noviembre 14, 2006

AUTONOMIA DE LAS FF.AA EN AMERICA LATINA

Las FF.AA en las Democracias de América Latina

Introducción

El presente análisis busca describir el comportamiento de las fuerzas militares de América Latina con respecto a los actuales Estados democráticos, presentes en nuestro continente. Este análisis tendrá la siguiente estructura de desarrollo, situación actual a nivel global, regional, situación de las FF.AA en el sistema político de América Latina y escenarios futuros. Bajo esta metodología lo que se pretende es; describir los procesos que estas instituciones han tenido durante este último tiempo. Además se busca presentar futuros escenario para estos organismos (análisis prospectivo), en el marco de un mundo globalizado.

Situación Actual de las FF.AA y en el contexto global

Tras el cambio de paradigma mundial, los interese geopolíticos se transforman en geoeconómicos , donde existe una disminución significativo del rol militar frente a los proceso de integración, dado que a través de las alianzas económicas se controla los posibles surgimientos de amenazas bélicas estatales, donde aparecen nuevas amenazas producto de los nuevos requerimientos que tiene el entorno significativo en esto es el aumento de actores en el sistema internacional y su diversificación. En este contexto las estrategias o objetivos de las fuerzas militares se traspasan a nuevas amenazas presentes y emergentes en el sistema internacional. Las cuales están presente en el contexto mundial señaladas como: Terrorismo (ideológico o fundamentalista), Narcotráfico, Seguridad Energética, Medio ambiente, Migración y Corrupción. Cada uno de estos peligros representa un desafió para las actuales FF.AA de los Estados.


Análisis de Contexto de la Región

Aunque los militares ya no están al frente de la mayoría de los gobiernos de hoy en América Latina, su presencia no deja de despertar inquietudes y honda preocupación en la sociedad civil y en los mismos gobiernos democráticos . La situación militar, en América Latina se percibe contradictoria a las instituciones de gobernanza. Ya que en muchos Estados de la región las democracias son bastantes inestables, y se ve a la milicia bajo una potencial amenaza a la institucionalidad, por el hecho de que estas poseen una tradición golpista, aristocrática y acompañada de funciones que las hacen estar vinculadas cercanamente a la toma de decisión gubernamentales. Si se compara con los países desarrollados, la cuestión cívico-militar se relaciona directamente con las políticas de defensa y en ningún caso con otras funciones de la Republica.

Situación De Las Fuerzas Armadas En América Latina
Actualmente, la preocupación de las Fuerzas Armadas de América Latina pasa por definir aspectos relacionados con el diseño, equipamiento, instrucción y despliegue de las fuerzas ante el nuevo horizonte estratégico, caracterizado tanto por la baja probabilidad de conflictos con componente militar, como por la indeterminación de amenazas de tipo convencional. Aún considerando a América Latina como una zona de paz, esta situación no puede ser garantizada para siempre o asegurar que las amenazas que ahora no existen no aparezcan en el futuro bajo otra forma. Estas consideraciones señalan la necesidad de contar con Fuerzas Armadas con capacidades militares en condiciones de proveer seguridad y defensa.
La mayoría de las instituciones castrenses han iniciado procesos de modernización que involucran la racionalización de los medios materiales y humanos, introduciendo nuevas tecnologías y material más moderno. La idea es reemplazar cantidad por calidad y disponer de fuerzas multipropósito. Siguiendo esa idea, algunos países han optado por cambios en la composición básica de la fuerza y han suprimido el modelo de Servicio Militar Obligatorio por otros de tipo voluntario con resultados que no han sido del todo satisfactorios. Es el caso de Argentina y Perú, los que en ocasiones no han podido cumplir con las cuotas de reclutamiento previstas. Otros países, como Chile y Colombia, decidieron equilibrar el modelo mediante un sistema mixto que considera personal profesional de planta y soldados conscriptos provenientes del Servicio Militar, pero estos últimos con una mayor preparación, instrucción y un entrenamiento más profesionalizado. El caso más radical es el de Argentina. Este país terminó con la conscripción obligatoria a partir de 1995. A pesar de que este modelo ha mejorado la calidad del personal, no ha estado exento de dificultades, sobre todo por la escasez de postulantes vocacionalmente aptos, aspecto que ha obligado a las autoridades a buscar alternativas, como lo es el proyecto de Voluntarios para la Defensa. En Perú, mediante la unanimidad parlamentaria y el concurso de importantes organismos civiles como la Defensoría del Pueblo, fue abolida la obligatoriedad del servicio militar y reemplazado por un sistema voluntario. En este último caso el modelo deberá validarse por un período de dos años de experimentación, hasta el año 2003, en que el sistema volverá atrás si el número de voluntarios no alcanza los cupos dispuestos. Otros países, como Chile, han optado por equilibrar ambos modelos mediante un sistema mixto de personal de carrera profesional y soldados conscriptos con una mayor preparación, esto último bajo un régimen voluntario y obligatorio, en caso de no cumplirse con las cuotas esperadas. En la práctica el modelo chileno ha funcionado en los últimos años y parte importante del contingente es voluntario. En consecuencia, el problema esencial radica en determinar el tipo de Fuerzas Armadas que se corresponda a la nueva situación estratégica caracterizada por la inseguridad e incertidumbre, una mayor cooperación internacional, la ausencia momentánea o temporal de conflictos interestatales de estilo tradicional y el surgimiento de nuevas amenazas que pueden afectar la seguridad y estabilidad del Estado. Sobre el particular, resulta relevante la posición de Argentina, país que ha delimitado claramente su misión militar como exclusivamente externa, es decir, respecto de amenazas provenientes de fuera de sus límites territoriales. Por otra parte, esta nación ha continuado con su política de alineamiento en materia de seguridad hemisférica con los Estados Unidos y ha mantenido la contribución con las misiones de paz dispuestas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La legislación dictada por el Congreso argentino y las previsiones del Libro Blanco de la Defensa Nacional (1999), han conducido a sus Fuerzas Armadas a fuertes reducciones presupuestarias, a la disminución de efectivos y a una creciente obsolescencia del material. En Brasil el tema referido a las políticas de Defensa y Seguridad ha permanecido en manos de las Fuerzas Armadas y las autoridades políticas del Ministerio de Defensa. Sus instituciones castrenses políticamente reconocidas, con aliados importantes en la sociedad y en el gobierno con quienes comparten la idea del "destino manifiesto" de su país, han elaborado sus propias directivas de planeamiento dirigidas a la defensa y ocupación del territorio y a su imagen exterior. Sus principales preocupaciones estratégicas tienen que ver con la ocupación efectiva y el control de su territorio amazónico, las amenazas provenientes de la inestabilidad del Arco Andino (Colombia, Perú) y la vigilancia del Atlántico Sur. A esta nación le resulta bastante difícil aceptar la desigualdad tecnológica entre los países del centro, como Estados Unidos, y aquellos que componen la periferia. En los foros internacionales, su diplomacia se refiere a la desigualdad tecnológica como un "apartheid". En el caso de Chile, las instituciones armadas se encuentran abocadas a sus planes de modernización y renovación de material obsoleto. En el Ejército, la nueva concepción considera la reestructuración en su organización, despliegue, equipamiento y capacidades, orientada a desarrollar una fuerza eficiente, suficiente, sustentable y completa para cumplir misiones en el ámbito de la disuasión y la cooperación, pero también para colaborar al desarrollo y a la unidad y cohesión social. Esta fuerza se encuentra en franca modificación de su tradicional concepto de presencia territorial, buscando una estructura más flexible a través de sistemas operativos organizados a base de unidades completas, dotadas con todo lo necesario para hacerlas plenamente operacional.
En otro orden de ideas, algunos países han entregado misiones a sus Fuerzas Armadas para que participen directamente en el combate al narcotráfico, tal es el caso de Colombia y Bolivia. Ello es resistido por la mayoría de los ejércitos, que no desean desnaturalizar la función militar e invadir el campo de acción policial. No obstante, y como se mencionó previamente, si la amenaza afecta objetivos estratégicos del Estado, como sucede en el caso colombiano, el uso de la fuerza militar es una herramienta que las autoridades pueden emplear si la diplomacia y la negociación no logran cumplir su cometido. Pero ello debe hacerse estudiando caso por caso y velando siempre por la mantención de la función primordial de las fuerzas armadas relacionadas con la defensa nacional. Por otra parte, varios países de la región han dedicado esfuerzos y recursos para participar en misiones de paz, como es el caso de Argentina, Uruguay, Brasil y Chile. El cumplimiento de estas misiones y otros compromisos con la ONU (fuerzas stand-by) ha obligado a disponer de unidades convenientemente equipadas y entrenadas de manera de interoperar adecuadamente con fuerzas de países más desarrollados, cuyas FF.AA. disponen de niveles tecnológicos superiores. Al respecto, la relación entre las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y las FF.AA. latinoamericanas se ve dificultada por la brecha tecnológica existente. El notable adelanto en las tecnologías militares manejadas por Estados Unidos constituye una condición difícil de sobrellevar para la interoperatividad entre las fuerzas de esta nación y las demás naciones del continente. Aún así, en los últimos años, varios países de la región han podido acceder a tecnologías militares más avanzadas que las que tenían en la década de los años ochenta, gracias a los excedentes ofrecidos por países, fundamentalmente europeos, que redujeron sus fuerzas y arsenales luego del fin de la Unión Soviética. De esta forma, lentamente la diferencia se ha ido reduciendo, pero existen tecnologías de defensa norteamericanas que ni siquiera sus socios europeos pueden alcanzar. En suma, las fuerzas armadas de la región buscan su reposicionamiento y para ello han debido reducir sus fuerzas, racionalizar sus medios, cambiar cantidad por calidad y modernizar sus unidades para estar en condiciones de ser más disuasivas y, de ser necesario y al verse afectados objetivos estratégicos, neutralizar las nuevas amenazas, las que incluso pueden provenir de otro Estado. Además, junto con cumplir sus misiones relacionadas con la defensa nacional y el resguardo de la integridad territorial, participan en tareas secundarias como son las misiones de paz y la colaboración al desarrollo de sus respectivos países.
Situación Actual de las FF.AA en el Sistema Político

Se observa que en esta relación un contexto determinado por la debilidad e inestabilidad de los gobiernos y las carencias de los sistemas políticos que cobijan cuotas de poder militar, bajo estas premisas se puede observar las divisiones sociales persistentes generadas por los abusos cometidos por las FF.AA en el periodo histórico donde estuvieron cargo del los poderes del Estado y en donde se llevaron acabo hechos en contra de los derechos de las personas, actos que marcaron a las sociedades y que no se han cerrado ni con amnistias y/o a través de pactos sociales. Es visible que en mucho de los casos existe un alto grado de desconfianza, lo que aleja una reconciliación óptima y eficaz. Incorporar el tema de la participación en la toma de decisión de las políticas públicas y su poderío.


Situación Actual de las FF.AA en el Sistema Social

Se constata en mucho de los casos la aparición de nuevas formas de dominio militar bajo la estructura de los gobiernos democráticos, estos nuevos mandos están presentes en la estructura gubernamental legitimada, estos acuden al poder a través de medios no violentos con en antaño, sino en competencia, por medio de elecciones, qué recurriendo a mecanismo existente en el entorno social y cultural tales como el desencanto por los políticos profesionales y otros, usan a modo de trampolín para acceder a la lucha por el poder, todo esto acompañado de discursos populistas. En donde la ciudadanía justifica estas elecciones en la preocupación de seguridad interna que se asociada al orden público y la seguridad interior del Estado


Situación Actual de las FF.AA y sus Recursos.

Se observa una adaptación y ajuste de la milicia a la forma patrimonial de los Estados donde se esta tratando de preservar sus fuentes y recursos obtenidos del pasado. Por lo tanto, la modernización de las FF.AA y la compra de material bélico de primera línea, en mucho de los casos quedo en según plano por la incapacidad estratégica y de recursos que el medio posee. Se observa también la existencia de ayudas externas para generar modificaciones en los procesos de actualización es el caso del Paraguay y Guatemala quienes a través del Department For Internacional Development del gobierno Britanico otorgaron recursos para el fortalecimientos de las Instituciones republicanas, gracias a esto se han evitado golpes de Estado en ambos países.

Escenarios Futuros, Prospectiva de la Relación.
Los nuevos escenarios para las FF.AA. latinoamericanas están influenciados por las características actuales del sistema internacional, cada vez más interdependiente y cooperativo, pero a la vez más inseguro y con niveles de incertidumbre importantes, y por la realidad propia de cada país y de la región. Como se dijo, el uso de la fuerza, aún cuando parece menos probable, sigue siendo un recurso vigente y de última instancia. Las Fuerzas Armadas continúan cumpliendo sus misiones básicas referidas a la defensa nacional, el resguardo de la integridad territorial y la supervivencia del Estado Nación. Ello, teniendo presente que las amenazas tradicionales persisten y solo están hoy atenuadas. Además, las nuevas amenazas pueden eventualmente evolucionar desde conflictos intraestatales hacia otros interestatales, por la expansión de éstas más allá de las fronteras de un determinado país.
Pueden generarse escenarios de inestabilidad interna, caos social y desintegración del poder del Estado en ciertas zonas de un país por la acción del narcotráfico, el crimen organizado, movimientos separatistas de tipo indigenista y otras amenazas emergentes. De verse amenazados objetivos que son vitales para la supervivencia del Estado y la comunidad nacional, las FF.AA. pueden ser empleadas para neutralizar dichas amenazas, situación que en varios países se considera en el ordenamiento constitucional y regulado legalmente.Del mismo modo, y en concordancia con la realidad económica regional, se visualiza un escenario de creciente restricción presupuestaria para el área de la defensa. Ello redundará en que las Fuerzas Armadas deberán incorporar modelos de gestión más eficientes para lograr los mejores rendimientos de los recursos que reciben y deberán ser multifuncionales, con capacidad de disuasión y cooperación.
Respecto de las tendencias relacionadas con las Fuerzas Armadas en América Latina, la principal de ellas es hacia la racionalización de los medios y la reducción de fuerzas , pero buscando ser más eficientes, flexibles, móviles y potentes. En lo inmediato, en la subregión continuará privilegiándose la cooperación y los mecanismos diplomáticos para resolver las controversias, pero, como se señalara anteriormente, sin descartar de plano que el uso de la fuerza pueda ser una opción necesaria frente a amenazas emergentes que pueden derivar hacia conflictos entre estados. Se evidencia, asimismo, una tendencia hacia una mayor integración con la sociedad, la que paulatinamente está valorando la función militar por su aporte a la estabilidad y seguridad de la comunidad nacional. En este sentido, encuestas recientes como Latino barómetro colocan a las Fuerzas Armadas en un buen nivel, apareciendo éstas como la tercera institución que genera más confianza entre la gente. Los países que más confianza tienen en las Fuerzas Armadas son Ecuador (60 %), Venezuela (55 %) y Brasil (53 %). Chile aparece en sexto lugar con 46 %.
Por otro lado, la inestabilidad de las organizaciones internacionales derivado de la actual coyuntura bélica y la crisis financiera por la que atraviesan casi todas las naciones en Latinoamérica, podrá generar un eventual cuestionamiento a la participación de las fuerzas armadas de la región en las futuras misiones de paz. El ambiente de incertidumbre actual obliga a establecer mecanismos de prevención, alerta temprana o actuación anticipada frente a conflictos internos y externos. Para ello, la tendencia actual y futura es privilegiar la recopilación de información y el análisis prospectivo. Por ello, junto con los sistemas de nivel nacional, los organismos de inteligencia de la FF.AA. están permanentemente monitoreando los distintos escenarios para asesorar a las autoridades y adelantarse al surgimiento de posibles amenazas al Estado.